Aunque ya lo comenté el mismo día en Facebook, creo que ya es hora de que cuente un poco cómo fue mi segunda experiencia en los veinte kilómetros marcha.

En la prueba salí mentalizada de llevar un ritmo concreto que me estableció mi entrenador y así lo hice durante los primeros 12 km aproximadamente. Pero, a partir de entonces, mi cabeza estaba en otro sitio mientras mis piernas intentaban seguir avanzando al mismo ritmo. Psicológicamente me encontraba bloqueada y veía, a cada vuelta que pasaba, como el ritmo iba siendo menor y los segundos iban a más. Se me hicieron esos últimos 8 km más largos que todos los que ya llevaba.
Acabé en un 7º puesto con un tiempo de 1h 44', dos minutos por encima del tiempo que logré en el Campeonato de España que tuvo lugar el mes anterior en Murcia.
Evidentemente, no acabé con buenas sensaciones, además de acabar muy desmotivada porque me sentí muy impotente de haber entrenado tan bien y no haber obtenido el resultado esperado. Por eso, agradezco mucho el apoyo diario de mi familia (sobre todo, de mis padres) y de mi entrenador, que me levantan los ánimos cuando están tan decaídos.
De momento estamos fijando la vista en la prueba XXVIII Gran Premio Cantones de Marcha, a celebrar el 31 de mayo en La Coruña, donde me juego el ir o no al Campeonato Mediterrao Sub-23 en Marsella (Francia) los días 14 y 15 de junio.
¡Ojalá que el trabajo diario que estoy llevando se vea ese día brillar de algún modo!