Nuestros sueños pueden convertirse en realidad si los deseamos tanto como para ir tras ellos”

lunes, 25 de noviembre de 2013

Son tiempos difíciles para los soñadores

Hoy, me salgo un poco de la temática de siempre debido a que en un descanso del estudio he sentido la necesidad de escribir y soltar algo que he pensado muchísimas veces (¡más que muchísimas!) y es lo siguiente:
"Vivimos en un mundo en el que si alguien no se ve capaz de conseguir algo, de alcanzar sus metas, objetivos o ser alguien en la vida, te dirá que tú tampoco puedes e intentará convencerte de que eso es así y de que ni lo intentes, porque entonces lo calificará como locura. El término locura -empleado desde tiempos inmemorables para calificar a aquéllos que caminaban en otra dirección (o más bien, que miraban a un punto diferente al resto) o aquéllos quienes no seguían cualquier corriente moderna- siempre ha estado mal enfocado. ¿Quién define lo que es la locura y lo que es la lucidez? ¿Y si, verdaderamente, a quienes se les considera locos son los realmente cuerdos? Las personas siempre se empeñarán en llevarte por el mismo camino por el que ellos caminan, quisieran caminar o piensan caminar. Pero harás mal si te desvías, si decides alejarte del que ellos siguen o muestras cualquier opinión diferente a la que ellos tienen. Realmente, aquéllos que han conseguido superarse en su propia vida, sea cual sea el aspecto al que se quiera referir, ha sido mayormente por rizar el rizo y darle mil vueltas a las cosas con tal de conseguir la diferencia. ¿Cómo si no se inventan los instrumentos tan precisos, magníficos e insólitos de los que hoy contamos? ¿Quién, en un pasado, pensó que algún día se podría viajar en un vehículo que no va ni por mar ni por tierra y que sorprendentemente viaja por el aire, colgado del aire? O, por ejemplo, que en un futuro –ya presente para nosotros- se pudiera viajar a la Luna o a Marte. Qué locura. Seguro que en épocas anteriores se le habría calificado de loco a cualquiera que se le ocurriera decir que en un futuro seríamos capaces de comunicarnos a través de un aparato, sin necesidad de cables y que, además, si me apuras, llegaríamos casi a inutilizar la carta postal para pasarnos a cartas virtuales, capaces de recibirlas y leerlas apenas pulsar el remitente el botón de Enviar. Locuras por los cuatro costados. ¡Qué locos!
Lo mismo se podría decir de lo imposible, ya que, que sea difícil no implica que sea imposible. Porque lo bueno, lo que merece la pena, lo que te supera como persona y te hace un poco más feliz al conseguirlo, es lo difícil. Conseguir aquello que nadie creería que harías, aquello que muy pocos creyeron que pudieras lograr. Nadie es nadie para cortarle las alas a nadie. Nadie es lo suficientemente bueno como para infravalorar el trabajo de otra persona, el esfuerzo o, lo que es más importante, la ilusión de ella. Sobre todo, esto último. Mejor que alertar a alguien de un peligro al que se enfrenta con sus ilusiones o sueños, ¿por qué no dejarle que sea él mismo quien se equivoque? Nunca es demasiado pronto para equivocarse ni demasiado tarde para subsanar los errores. Al fin y al cabo, como bien dijo Shakespeare, estamos hechos de la misma materia que los sueños. Nuestro pequeño mundo está rodeado de sueños, sueños que nunca deberíamos dejar que  nadie nos robara ni se hiciera con ellos. Quién mejor que nosotros mismos para luchar por nuestros sueños. " 

En cuanto tenga un rato, a ser posible esta semana, intentaré poner al día el blog y hablar acerca de las próximas competiciones, ¡que ya salen a flote!
¡Buenas noches!

2 comentarios:

  1. Los sueños alimentan el alma. Sigamos soñando pues, sigamos siendo esos locos que habitan en un mundo de cuerdos.
    Me ha encantado esta reflexión, Amanda.
    Un abrazo y a seguir.

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    1. ¡Muchísimas gracias Ana! Perdón por la tardanza, que no había podido ni actualizar el blog como Dios manda jaja
      Un abrazo!!!

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